martes, 1 de enero de 2013

Mi búsqueda de lo imposible

A raíz del libro que me estoy leyendo ahora, "En busca de lo imposible", escrito por un gran periodista e investigador del misterio como es Javier Pérez Campos, reportero de Cuarto Milenio y colaborador con Milenio 3, tengo la certeza de que empiezo una aventura en el mundo del misterio, en el más estricto sentido periodístico. Sin duda alguna, la inyección de motivación que me han inspirado periodistas como Iker Jiménez en este oficio en el que me estoy formando, ha sido clave para que me interese, trabaje y me dedique con sana obsesión a la investigación del misterio.
Sumergido completamente en la lectura de este libro, que recomiendo a golpe de mazo a la gente para que sepa lo que es sentir la curiosidad y el miedo, quiero recalcar una premisa o una especie de lección para aquella alma que haya decidido investigar y dedicarse al misterio. Lección planteada por Pérez Campos en su libro:

"Uno debe aceptar que no somos dioses dueños y conocedores de todo cuanto nos rodea. Por eso el misterio es una actitud de humildad ante la vida, una forma de reconocer nuestra ignorancia y estar dispuesto a aprender en la búsqueda, a disfrutar de las preguntas, como el niño de alma inquieta que a cada paso cuestiona todo cuanto le rodea."

                                                                                    "En busca de lo imposible"
Introducción, página 23

Una persona como yo que se está labrando su futuro profesional como periodista, lee estas sabias palabras y le entran ganas de comerse el mundo, literalmente. Es la mejor forma de explicar el estudio de lo misterioso, que se puede aplicar a todo, con humildad y camino.
Pero no solo basta con mostrar humildad, sino que tenemos que sentir ese latido del misterio, dar un paso al frente y adentrarse en solitario a sitios en los que haya que descubrir misterios por resolver o pasen cosas 'raras', dejémoslo así. Son sitios donde uno puede sentir auténtico pavor, estar expuesto ante la más profunda incertidumbre, sentir inquietud en esos lugares. Pero si vemos más allá, seremos capaces de sacar las verdades a la luz, el que no quiera descubrir la verdad, no llegará a ninguna parte, tanto en el terreno del misterio como en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana. 

"Pero también he sentido la esperanza. La esperanza de sentirse alejado de un mundo donde la política y el fútbol copan las portadas de nuestros periódicos, por vivir días inolvidables, con el privilegio que ofrece el alma inquieta e inconformista."

"En busca de lo imposible"
Introducción, página 24

El insomnio periodístico, las dudas, la sugestión... Pérez Campos lo resume bien al final de su prólogo:

"[...] Por eso, aunque este es un trabajo sobre algo tan humano como nuestras dudas más ancestrales, también es una aventura a la vieja usanza. Un recorrido por la España mágica, donde absolutamente cualquier cosa es posible. Solo hay que abrir los ojos y dejarse llevar..."

"En busca de lo imposible"
Introducción, página 25

A partir de ahora, este es un espacio de investigación del misterio, como la Nave del Misterio de Iker, pero en el fondo del mar. Entorno de reflexión submarina. Aquí comentaré experiencias y vivencias de este mundo tan fascinante como es el misterio. 
Para llevar a cabo esta gran aventura, es necesario que haya cuatro posiciones a priori contrapuestas: la posición que cree ciegamente en todo lo misterioso, la que siente curiosidad e intriga y quiere saber más, la escéptica e incrédula que no cree en nada o le cuesta, y la del silencio, que recapacita y valora todo aquello que está descubriendo. Estas cuatro posiciones son clave para crear una balanza equilibrada que juzgue de una manera adecuada el mundo del misterio, y no dejarnos llevar por todo aquello que ocurre y se pueda valorar con criterio.

Ochate, Belchite, el Edificio Maldito de Valencia, Navalón... Grandes aventuras nos esperan juntos. Espero que disfrutéis a bordo y podáis descubrir cosas que desconocíais o ignorabais. Comienza la búsqueda de lo imposible, la lata ya está abierta, el túnel nos abre paso a través de una pequeña luz en sus frías paredes. Allá vamos.

Juan Andrés





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